97 años de Volvo Cars: Desde el primer cinturón de seguridad hasta la electrificación total

La marca escandinava cumple 97 años de vida en un recorrido que ha estado marcado por su innovación en seguridad, compromiso con la sociedad y por su liderazgo en electromovilidad.

El 14 de abril de 1927, el primer Volvo del mundo -un ÖV4- salió por la línea de producción de la fábrica de Gotemburgo en Suecia, decidido a cambiar el panorama automotriz mundial. Casi un siglo después, Volvo Cars continúa comprometido con la visión de diseñar vehículos que integren su mirada futurista: una movilidad libre, personal, sostenible y segura, esta vez de la mano de su estrategia global de ser un fabricante de vehículos eléctricos en 2030.

En sus 97 años de vida, Volvo Cars ha sido pionero en diferentes hitos que han cambiado el curso de la industria automotriz, con una larga tradición en seguridad y un fuerte compromiso con la sostenibilidad, sus innovaciones han mejorado la vida, no solo de los conductores o pasajeros, sino de la sociedad en general.

Una historia de seguridad: Del cinturón a la iniciativa EVA

Fue en 1959 cuando Volvo revolucionó la industria al presentar su cinturón de seguridad en V con tres puntos de anclaje, una invención que cambió toda la forma de entender la seguridad de conductores y pasajeros, y que con los años solo corroboró su utilidad y necesidad. La eficacia de su invento quedó plasmado al instante y al año siguiente todos los modelos fabricados por Volvo incorporaron esta medida.

Tres años más tarde, en 1962, Volvo liberó la patente para que todos los fabricantes del mundo pudiesen implementarlo en sus modelos. Su introducción y uso masivo ha salvado millones de vidas en los últimos 60 años, y cambió la historia al establecer un nuevo estándar de seguridad en los automóviles, reduciendo lesiones graves en accidentes en todo el mundo.

En 1972, los ingenieros de Volvo se inspiraron en los astronautas y en un principio básico de la física. Las imágenes de la carrera espacial mostraban a los tripulantes de las naves espaciales recostados en sus asientos durante el despegue para neutralizar la fuerza ejercida sobre sus cuerpos y fue precisamente esa idea la que Volvo aplicó para desarrollar los primeros asientos para niños orientados en sentido contrario a la marcha, con el fin de distribuir la carga y minimizar las lesiones.

Ese mismo año, la compañía presentó en el Salón de Ginebra el Volvo Experimental Safety Car (VESC), un prototipo del legendario Volvo 240, equipado con múltiples elementos de seguridad activa y pasiva. El prototipo fue tan bueno que un año después, en 1973 el gobierno de Estados Unidos compró 24 unidades de este modelo para realizar pruebas de manejo.

Otra innovación desarrollada por Volvo y que hoy es parte de los accesorios de seguridad para los niños mayores de 4 años es el alzador de seguridad. Presentado en 1978, permite elevar la posición del menor en la plaza trasera del auto, para que viaje en el sentido de la marcha con mayor protección y confort. Este invento tuvo su actualización en 1990 cuando Volvo introdujo el alzador integrado al asiento del auto. Al desarrollarse junto con los sistemas de fijación del vehículo, lograba una protección y una comodidad excelente para los menores.

En 1991 Volvo apostó por la protección de los pasajeros al desarrollar el Sistema de protección contra impactos laterales (SIPS), que consiste en una estructura de gran resistencia y materiales capaces de absorber la energía en el interior, tecnología que se complementaba con los innovadores airbags de torso contra impactos laterales, o airbags SIPS.

En los últimos 20 años, la compañía ha ido de la mano con las nuevas tendencias, buscando los espacios para desarrollar sistemas de seguridad y es así como en este periodo se ha adelantado a la industria, creando soluciones como como el Sistema de protección contra vuelcos (ROPS), el frenado autónomo City Safety, la detección de peatones con frenado automático total, el sistema de protección en caso de salida de la calzada y el Sistema de atenuación de colisiones con vehículos en dirección contraria mediante frenado, que hace que si un auto que viene en sentido contrario se cruza en la pista y la colisión es inevitable, esta función puede ayudar a reducir la velocidad del vehículo, para atenuar la fuerza del impacto.

Una muestra de que Volvo está pensando siempre en el futuro, es la iniciativa EVA, un proyecto global donde recolectó datos de accidentes de tránsito y pruebas de seguridad, durante casi 50 años y a partir de eso llegó a la conclusión que las mujeres y niños son más propensos a salir heridos en un choque. 

Por este motivo presentó The E.V.A Initiative (Equal Vehicles for All; Vehículos Iguales para Todos), para reducir los daños en una investigación abierta a toda la industria automotriz y cualquier persona.

Esto se debe parcialmente a que las pruebas de colisión estándares se realizan con maniquíes masculinos. Volvo y su equipo de investigación de accidentes han recopilado datos de colisiones en el mundo real desde los años 70, con representación tanto masculina como femenina. Con la iniciativa E.V.A., la compañía ha compartido desde el 2019 los resultados de más de 40 años de investigación.

Sostenibilidad Volvo: De las cajas de cambios renovables a la electrificación total

La sostenibilidad siempre ha sido otra característica que ha marcado la forma de hacer negocios de Volvo en estos 97 años. El compromiso con el medioambiente de la compañía se remonta a los años 40, fecha en que las preocupaciones con el entorno aún no se discutían, y se hace mucho más fuerte hoy, ad portas de su centenario.

En 1945, la compañía fue pionera al renovar cajas de cambio en la pequeña ciudad sueca de Köping. Hoy, el sistema de intercambio Volvo Cars Exchange System ofrece una de las gamas de piezas de repuesto refabricadas más amplias de la industria. 

Fue en 1972 que Volvo publicó su primera declaración medioambiental, reconociendo el impacto negativo que sus productos tenían en el ecosistema y anunciando su firme determinación de encontrar soluciones para abordar el problema. Esta responsabilidad con la sostenibilidad ha sido una constante en la historia de la marca. 

En 1976 Volvo presentó el primer modelo eléctrico, el Volvo Elbil, situándose a la vanguardia de la tecnología eléctrica en un momento en que los vehículos de este tipo eran poco comunes. Desde entonces, la electrificación se ha convertido en un valor fundamental para Volvo, influyendo en la fabricación de nuevos modelos, incluidos los microhíbridos e híbridos.

Ese mismo año, Volvo desarrolló el catalizador de tres vías con el sensor Lambda, una revolución técnica que redujo las emisiones perjudiciales, en hasta un 90 por ciento. Fue uno de los inventos más importantes en cuanto al control de las emisiones de escape y, hasta la fecha, sigue siendo una parte integral de todos los automóviles de bencina modernos.

En 1991, Volvo se adelantó a toda la industria al lanzar el primer auto del mundo sin cloroflourocarbonos (CFC), que causaban el hoyo de la capa de ozono, a través de los sistemas de aire acondicionado de los vehículos. Dos años después se eliminaría de toda la línea de productos.

Los años siguientes, el foco estuvo puesto, entre otros factores, en asegurar procesos más limpios en la fabricación de los automóviles. De esta forma, en 1996 Volvo exigió requisitos medioambientales para proveedores orientados a garantizar procedimientos y materiales más sustentables y se restringieron voluntariamente el uso de determinados químicos en algunos productos.  Doce años después, Volvo decidió usar únicamente energía hidroeléctrica en sus plantas de fabricación en Europa. 

Las primeras pruebas concretas del camino a la electrificación de Volvo se dieron con el lanzamiento del Volvo V60 en 2012, el primer diésel híbrido enchufable del mundo que podía funcionar exclusivamente con diésel, como híbrido diésel-eléctrico o como coche eléctrico. A lo que se sumó en 2019 el lanzamiento del primer SUV totalmente eléctrico, el Volvo XC40 Recharge. Capaz de recorrer más de 400 km con una sola carga y que permite cargarse hasta el 80 por ciento de su capacidad de batería en solo 40 minutos.

Volvo ha sido pionero en su estrategia global, que replantea el camino de la industria automotriz, apostando por la electromovilidad y una preocupación real por un futuro más sostenible. Para esto se ha comprometido con transformarse en un fabricante de autos 100% eléctricos para el 2030 y reducir sus emisiones de C02 para convertirse en una empresa carbono neutral en el 2040.

Para avanzar con estos objetivos, la marca a nivel global busca disminuir en un 40% la huella de carbono en la vida útil por vehículo para el 2025, reduciendo, entre otras cosas, en un 50% las emisiones de tubo de escape, gracias a los modelos de bajas y cero emisiones. También esperan aumentar significativamente la proporción de materiales reciclados y de origen biológico sustentables en sus automóviles para 2025. Esto significa, por ejemplo, la utilización de un 25% de plásticos reciclados o de origen biológico, y un 40% de aluminio reciclado en cada uno de sus automóviles.

En línea con estos avances, la marca cuenta a la fecha con dos plantas que alcanzaron la carbono neutralidad. En el 2018 fue la fábrica de Skövde, y el año pasado, la planta de Torslanda.

El futuro en Volvo Chile

Esta estrategia también tiene una historia local. A fines del año pasado Volvo Car Chile anunció que este 2024 se venderán las últimas unidades de vehículos microhíbridos para enfocarse solo en vehículos híbridos enchufables (PHEV) y 100% eléctricos a partir del 2025.

Otra medida para contribuir al desarrollo de soluciones efectivas, que impulsen la transición hacia un sistema de transporte más sostenible fue el “Estudio de Electromovilidad en Chile”. Los principales hallazgos del análisis arrojan que para avanzar en la electromovilidad, se deben abordar importantes desafíos a nivel local: educación colectiva acerca de esta materia, fortalecimiento de los incentivos y robustecimiento de la red de carga rápida a nivel nacional, con presencia de actores de todos los sectores.

A sólo días del arribo del nuevo Volvo EX30 a Chile, el nuevo SUV compacto 100% eléctrico, Volvo Cars celebra sus 97 años de legado de innovación, seguridad y compromiso, con un futuro más seguro y sostenible en las carreteras de Chile y del mundo.

“Este aniversario 97 de Volvo nos encuentra en un gran momento. Estamos viviendo el proceso de transformación para ser un fabricante 100% eléctrico. Hemos tomado un camino que tiene mucho que ver con la historia de la marca. Tenemos un ADN que se basa en la seguridad y también en el respeto por el medioambiente. Por eso en casi 100 años Volvo ha atravesado un recorrido coherente con su esencia, que hoy se consagra con la adopción de la electromovilidad total”, sostiene Rodrigo Espinoza, Gerente de Marca de Volvo Car Chile.

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