Cómo trabaja un equipo privado antes de un Dakar

Los gemelos Tim y Tom Coronel son conocidos por su simpatía adonde van, tanto como por su palmarés automovilístico desde hace varios años.

El primero de ellos va por su 13º Rally Dakar, mientras que su hermano, participante más asiduo en categorías de pista como el Turismo WTCR (donde en 2019 volvió al triunfo con un Audi), por el séptimo.

Juntos gestionan un equipo particular en la localidad holandesa de Huizen, cerca de donde viven. Tiempo atrás, compraron en Estados Unidos un prototipo tubular a la firma Jefferies (con motor Corvette, caja secuencial y suspensiones King), al que bautizaron cariñosamente “La Bestia” y al cual le han ido implementando mejoras progresivamente.

Basados en la experiencia de las ediciones anteriores, varios aspectos se han modificado con la idea de mejorar el rendimiento general del coche, que esta vez también ofrece diferencias en su diseño y colores.

“El año pasado, estábamos en la situación tan especial de que pocos eventos tendrían lugar a causa de la pandemia de coronavirus”, dijo Tim. “Los integrantes de nuestra escuadra nos comunicaron unánimemente que querían seguir trabajando en el taller, así que les preparamos una lista repasada de los cambios que podríamos llevar a cabo, que se van agregando después de cada Rally Dakar, fruto de las cosas que nos van pasando. Empezamos en marzo los martes y jueves hasta que completamos esas tareas. Para el 9 de mayo, ¡el impulsor ya estaba en lo de su preparador para el mantenimiento! Utilizamos muy bien el tiempo que teníamos disponible”.

“Una de las principales variantes pasa por los conductos y depósitos que van en el auto. Hasta ahora, estos elementos se ubicaban en detrás del radiador, pero justamente por eso, todos los fluidos se calentaban más de la cuenta. Ahora los pusimos adelante, lo cual conlleva varias ventajas, no solo en términos de temperatura, sino también para favorecer el centro de gravedad del vehículo. Lo que es más, movimos tanto como pudimos hacia lo que es la parte central de la jaula antivuelco, con lo cual los depósitos estarán más protegidos en caso de volcar, como nos sucedió el año pasado. También los conductos que llevan esos fluidos han sido optimizados en cuanto a su disposición, ya que con la ayuda de unos especialistas, vimos que -solo en ese apartado- pudimos alivianar 18 kilos de peso con las tuberías aún vacías. Pesábamos cada cosa en una balanza y terminamos percatándonos de que estábamos reduciendo un total de 140 kilogramos”.

La aerodinámica del Jefferies también ha cambiado, particularmente en los costados. Tom Coronel detalló: “En 2020, notamos durante una tormenta de arena que los vientos laterales ejercían bastante presión sobre el coche. La solución que se nos ocurrió fue acortar el chasis levemente en la zona trasera. El motor presenta algunas variables tendientes a alcanzar una mejor velocidad de punta. La última vez, no superamos los 165 km/h, un déficit que nos cuesta revertir. En el interior, pintamos todo de negro mate para prevenir reflejos indeseados del sol, que más de una vez nos provocó molestias”.

Otro cambio tiene que ver con algo sobre lo que los hermanos Coronel han hablado en varias oportunidades, pero que no se concretaba del todo en ediciones recientes de esta prueba. “Me sentaré al volante por la mitad del rally, dicho esto con un ciento por ciento de seguridad”, afirmó Tom. “Muchas veces dijimos lo mismo, pero el asunto es que yo me sentía muy cómodo con ver cómo Tim llevaba Adelante a nuestra máquina en competencia. Para 2021, él mismo me obliga a manejar por lo menos la mitad del tiempo. Admito que eso me trae algunos nervios, sobre todo cuando pienso en toda la arena que hay que dejar atrás. Hasta el año pasado, vivía intensamente cada instante junto a Tim, cada metro. La única sensación que me perdía era la de estar al mando de ‘La Bestia’, pero me tenía sin cuidado. Ahora eso ya no será así. Nos inscribimos ambos como pilotos, cosa que creo que es única, pues dudo que haya otro equipo que lo haga de ese modo. Por cierto, como los dos tenemos nuestros ‘cascos queso’ idénticos, ¡nadie nos distinguirá!”.

Desde luego, el covid-19 trae aparejados sus efectos en esta competencia. “Cuando llegamos a Arabia Saudita, debimos aislarnos por cinco días y hacernos dos pruebas. En medio del rally hay más controles, sin olvidar que debemos estar confinados en el bivouac. Hasta 2020, salíamos a dar alguna vuelta y a conocer los entornos y la cultura de cada lugar. Eso ahora está prohibido. Por lo pronto, es bueno estar en carrera otra vez”.

Como estructura privada, un proyecto de esta naturaleza no podría convertirse en realidad de no ser por el apoyo de muchas firmas de su país y región que los apoyan. Tim sostiene: “Desde luego que Tom y yo aparecemos en las marquesinas, pero la verdad es que nunca podríamos plasmar algo así si no fuera por la colaboración de nuestros patrocinadores y compañeros de trabajo en Coronel Dakar Team. Agradecemos de corazón a los numerosos auspiciadores que siempre nos dan una mano y a los muchachos del grupo. Somos 14 personas, incluidos dos jóvenes mecánicos en fase de aprendizaje, pero nueve viajamos a Medio Oriente”.

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