Triunfo de Toyota Gazoo Racing y “Pechito” López en Le Mans

En su 89ª edición, las célebres 24 Horas le entregaron un cuarto triunfo consecutivo al equipo oficial Toyota de la mano del GR010 número 7 de José María López, Kamui Kobayashi y Mike Conway.

El ascenso en Francia a lo más alto del podio de parte de López significó la tercera victoria de un piloto latinoamericano (y segunda de un sudamericano) en la historia de la prueba desarrollada en el circuito de La Sarthe, a 200 kilómetros de París. Las anteriores habían sido para el también argentino Froilán González (junto a Maurice Trintignant) en una Ferrari 375 Plus en 1954 y para el mexicano Pedro Rodríguez (junto a Lucien Bianchi) con un Ford GT40 en 1968.  

Para la marca nipona, el éxito tuvo una especie de prólogo durante la clasificación, cuando en la primera carrera de la era que incluye prototipos híbridos, Kobayashi marcó 3m23.900s para adueñarse del mejor tiempo alrededor de la pista de 13,60 kilómetros de extensión en el que se alcanzaron velocidad de punta superiores a los 350 km/h, con su Brendon Hartley apenas a 0.295s.

El trío que es actual campeón mundial de Resistencia, torneo para el que esta prueba contó como cuarta de seis presentaciones, se desquitó de las tres ediciones anteriores, en las que resignaron el primer lugar por problemas técnicos o desafortunadas circunstancias en carrera, que habían permitido que sus compañeros del auto número 8, Sébastien Buemi, Kazuki Nakajima y Hartely se coronaran. Esta vez, el suizo, el japonés y el neozelandés fueron sus escoltas, después de una primera curva con piso mojado en la que fueron golpeados de atrás por uno de os nuevos Glickenhaus 007 de Luis Derani, Franck Mailleux y Olivier Pla.

Hubo 62 bólidos y 186 pilotos en línea de partida. El legendario Derek Bell, cinco veces ganador de Le Mans, aquí fue conductor del auto de seguridad y director de la prueba, que demandó 371 vueltas de 4am a 4pm como es habitual, al principio con una tenue lluvia, que se fue para regresar en la sexta hora.

Conway fue el primer líder y se mantuvo estable largamente pese a tener que ingresar dos veces a boxes con sendos neumáticos pinchados. Además del retraso en los metros iniciales, tras remontar, a Buemi se le dañó una llanta en un segundo roce con un rezagado.

El asfalto húmedo de la primera parte de la noche causó algunos incidentes, incluyendo una presencia de 20 minutos del pace-car. En tercera posición, otro de los híbridos, el Alpine A480, se ubicaba tercero.

Antes del amanecer, la diferencia entre ambos GR010 se había recortado a partir de que la unidad conducida por entonces por Nakajima gozó de los beneficios aerodinámicos de un frente sano, cambiado por su equipo después de un golpe menor con otro participante.

Sin embargo, sus vicisitudes no terminarían allí, ya que la unidad experimentaría algunas fallas en el sistema de combustible que volvieron a relegarla, con subsecuentes entradas a su garage para hallar una solución.

A pleno sol, la mañana dio paso al mediodía y a una tarde en la que Toyota Gazoo Racing controló su dominio, obteniendo otro memorable 1-2, el primero de la generación Hypercar, con dos giros entre ambos.

El cordobés López dijo: “Veníamos de una mala racha de casi tres años en Le Mans, pero finalmente pudimos revertirla y ganar, un anhelo que en lo personal me había propuesto desde muy joven y en cuanto a mis compañeros estoy seguro que representa un inmenso alivio, como para mí, por el inmenso valor que tiene un triunfo en una de las competencias más famosa del planeta, donde solo tres latinoamericanos pudimos conseguir algo así en 89 ediciones. Esto es un sueño hecho realidad y la revancha del fin de semana se siente especial. Mike y Kamui ya son como mis hermanos y he visto las maravillas que han hecho al volante de este auto, asistidos por una escuadra de profesionales, ingenieros y mecánicos de primero nivel que han trabajado arduamente en Colonia (Alemania) y Japón para esto. Gracias a todos ellos”.

Alpine completó el podio como formación local y, en los prolegómenos, llevó a uno de sus Fórmula 1 a hacer un par de vueltas de exhibición con el español Fernando Alonso en la conducción.

El brasileño André Negrão con Nicolas Lapierre y Matthieru Vaxiviere remontaron de un modo remarcable, de decimoséptimos a terceros, concluyendo a cuatro giros, conteniendo dentro del mismo margen al Glickenhaus de Derani, Mailleux y Pla. Se escalonaron luego Ryan Briscoe, Romain Dumas y Richard Westbrook con otro de esos ejemplares y los más efectivos de la clase LMP2, Robin Frijns, Ferdinand Habsburg y Charles Milesi, esquivando al encargado de dar el banderazo a cuadros por estar peleando hasta esas instancias por su posición.

El Oreca número 31 heredó ese privilegio en la última vuelta, cuando se observó la imagen desoladora de sus compañeros en WRT, Robert Kubica, Ye Yifei y Louis Deletraz, detenerse de improviso por un percance eléctrico.

Detrás de 13 prototipos de idéntica preparación, arribó 20ª general la Ferrari 488 Evo de AF Corse tripulada por Alessandro PierGuidi de Italia, James Calado de Gran Bretaña y Côme Ledogar de Francia, ganadores de la clase GTE Pro que lucharon con el Chevrolet Corvette C8R oficial del español Antonio García, el estadounidense Jordan Taylor y el holandés Nicky Catsburg.

También para un modelo del Cavallino Rampante fue la gloria en GTE AM, el que manejaron François Perrodo, Nicklas Nielsen y Alessio Rovera, 25º absolutos.

Intervinieron esta vez seis representantes de Brasil, dos de Argentina, Colombia y México y uno de Venezuela, además de seis mujeres.

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