Uruguay ha dado ganadores y campeones sudamericanos y mundiales de Rally en Grupo N, aunque a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI no ha sido una tierra pródiga en pilotos de categorías de pista, especialmente desde el trágico accidente de Gonzalo Rodríguez en Laguna Seca (Estados Unidos) a poco de haberses incorporado a Penske en IndyCar.
Ahora es el momento de Santiago Urrutia, oriundo de Colonia, que originalmente se destacó en monoplazas del Viejo Mundo y luego sobresalió en monoplazas norteamericanos antes de sorprender en su primera temporada del TCR Europa en 2019.
El año pasado, el uruguayo de 24 años fue fichado por la escuadra Cyan Racing, que representa a Lynk & Co. (ex-Volvo) en la Copa Mundial FIA de Turismo luego de un productivo ensayo en el que marcó muy buenos tiempos frente a sus muy experimentados compañeros y de nuevo causó sorpresa.
Debutaste en el WTCR en 2020 y hacia mediados del calendario ya te mezclabas con los punteros, terminando con un triunfo en tu Lynk & Co. 03 en la Carrera 3 de Aragón, España. Hace un poco más de un año, ¿cómo llegaste a este equipo?
Creo que ellos apostaban a alguien joven. Básicamente, yo lo tomaba como un período de aprendizaje de la categoría y de Cyan para conocerme. Sabía que querían ganar el campeonato cuando me contrataron, pero no estaba seguro de si ellos me tendrían en cuenta para colaborar a esa causa. Yo me concentré en dar el ciento por ciento en función de eso. Al final, cuando quedamos primeros en pilotos y equipos, sentí como que había cumplido con mi parte de la misión. Luego, pasaron algunos días hasta que renovamos el acuerdo, solo que ahora estoy más confiado en que, desde los boxes, ahora sí son conscientes de lo que les puedo aportar, lo cual es estupendo”.
¿Qué tan importante fue para ti terminar la temporada última con una doble pole position y una victoria?
Fue excelente. A medida que transcurría el año, veía que iba mejorando mi velocidad, a veces con errores como en Nürburgring, por ejemplo, que complicaban un poco mis resultados. El mejor tiempo clasificatorio en España representó un alivio. Y ni hablar de cuando pude ganar la competencia. Entiendo que ese logro acortó los plazos para mi continuidad con Cyan Racing. Todavía me falta entender mejor la categoría después de largo tiempo en categorías tipo fórmula. Aquí se corre de una manera más agresiva.
¿Atribuirías esos errores a la inexperiencia o a presiones externas?
“Cyan nunca me presionó. Era yo quien quería dar lo mejor de mí mismo. El automovilismo es competitivo y no basta con estar al medio del pelotón o conformarse con pocos resultados buenos. Supongo que más de una vez sí habrá sido por no contar con la misma experiencia que la mayoría de mis rivales en esta disciplina. Volviendo a citar el caso de Nürburgring, cualquiera sabe que es una pista que no permite mucho margen par equivocarse y yo subestimé el piso mojado en carrera, así que choqué”.
¿Cuánto consideras que aprendiste entre la fecha inaugural en Zolder al cierre en Aragón?
“En particular porque todo aquí era una novedad para mí y porque hablamos de un certamen muy profesional, diría que mucho. Después de todo, hablamos de mi primer año como piloto profesional, en una escudería exitosa y con compañeros de renombre y varios títulos en su haber, como Yvan Muller, Thed Björk o Yann Ehrlacher. Yann también es joven, pero llevaba largo rato sobre estos vehículos y lo demostró siendo el campeón. Aunque pude hacer una pole e imponerme en una fecha, en 2021 quiero trasladar justamente lo que capitalicé en materia de aprendizaje para estar más seguido peleando en elote de vanguardia del WTCR”.
A propósito de lo que decías, ¿alguna vez sentiste intimidado por estar al lado de compañeros tan prestigiosos?
“No, al contrario. Siempre lo vi de otra forma, como profesores de quienes podía asimilar muchísimo, al punto de que -cuando tenía alguna inquietud- me acercaba a preguntarles. Lo mismo nos pasa con la información de telemetría, que compartimos entre todos en Cyan. Está claro que a la larga somos pilotos y queremos ser uno mejor que otro, pero somos muy solidarios. A mí en el futuro me gustaría ser como ellos, que han conseguidos títulos”.
¿Entonces estás listo para buscar el cetro 2021?
“Honestamente, no lo sé. Hay que ver cómo me va en la primera parte del campeonato. Hay trazados nuevos que desconozco. Tampoco he manejado autos de Turismo en circuitos callejeros, como sí me pasó en Estados Unidos con la Fórmula Atlantic. Sin embargo, la perspectiva de Vila Real o Macao cambia mucho en esta clase de máquinas. Hay que debatirse con un grupo grande de volantes excepcionales, así que no es tan fácil. Serán dos eventos por fin de semana en lugar de tres, con lo cual recoger la mayor cantidad posible de puntos en cada uno de ellos será más importante todavía. Quizás a mitad del calendario tenga una idea más cierta sobre esa posibilidad. Además, hay más pruebas en verano y menos en invierno, cosa que me sienta mejor”.
¿Cómo te has mantenido activo en los meses de receso?
“Estoy viviendo en Barcelona y hago ejercicios con un entrenador personal. Ya probamos el 03 en el Motoland Aragón durante dos jornadas y estamos ante los ensayos de pretemporada. Estoy relajado porque antes residía en Italia y Estados Unidos, pero en esta ciudad tengo la sensación de extrañar menos mi país, no solo porque hablamos el mismo idioma, sino también porque tengo un grupo grande amigos uruguayos instalados acá”.
¿Recibes apoyo palpable desde Uruguay?
“De hecho, sí. Me están prestando más atención porque soy el único volante corriendo en tiempo completo una serie mundial. Allí, la televisión transmite en vivo temprano cada evento y me doy cuenta por las redes sociales que, a pesar de que tienen que madrugar, no se pierden las competencias”.
¿Por qué pilotos jóvenes más y más miran al WTCR como una buena alternativa para avanzar con sus campañas deportivas?
“En las categorías de fórmula, uno nunca termina de juntar cantidades interminables de dinero para ascender. El Turismo te da más oportunidades porque los presupuestos son otros, así que es relativamente menos complicado convertirse en piloto profesional, algo que no sucede en los monoplazas si no das con uno o varios patrocinadores que aporten cifras enormes. En esta serie, demostrar condiciones basta para hacerse notar. Uno puede ser imbatible en Fórmula 2 o 3, pero sin un caudal de dinero suficiente, nunca va a llegar a la Fórmula 1”.
¿Cómo te vinculaste con el automovilismo?
“Cuando tenía tres años, mi padre nos compró una moto muy pequeña. Yo empecé a conducirla en el campo que rodeaba nuestra casa familiar. Después, el me preguntó si me gustaría correr, así que empecé en Motocross sin mucha demora. Sena como una historia loca para un niño de esa edad, sobre todo porque me di un golpe y mi madre dijo ‘Santi, esto es suficiente. Si quieres seguir, debes pasarte al Karting’. Sacó un crédito en el banco como docente y así fui quemando etapas en esa especialidad desde los cinco años”.