El nuevo reglamento que tendrá la Fórmula 1 a partir del próximo año ya está siendo analizado en profundidad por los equipos. Sin dudas, Ferrari quiere recuperar el grado de competitividad perdido en los últimos tiempos, para lo cual se ha puesto a trabajar en la planta motriz.
Las normas vigentes desde 2022 permiten que la casa italiana cuente con un sistema de sobrealimentación totalmente distinto al actual, por lo que la escudería de Maranello estudia separar el compresor del turbo, dando con una solución similar a la empleada por Mercedes desde hace siete años.
La idea pasa por ubicar el compresor en la parte delantera del motor, mientras que el turbo quedaría en el sector trasero, agrupándose sobre la caja de cambios. Por supuesto, dichos componentes estarían unidos por un eje, dejando al compresor dentro de la parte de admisión y confiriéndole al intercambiador refrigerante una nueva disposición.
Para lograr los objetivos deseados, deberán hacerse muchas simulaciones y estudios, teniendo en cuenta que estos elementos quedarán congelados por un tiempo determinado, sin que se habiliten evoluciones luego.
Ferrari anhela un propulsor más potente, pero que al mismo tiempo se acople a la aerodinámica, que también cambiará. Lo que se persigue es reducir elementos de la parte superior del motor para ganar peso sin perder confiabilidad.