Algo que parecía casi imposible poco tiempo atrás se hará realidad en 2023 cuando IMSA permita que los prototipos LMH Hypercars del Campeonato Mundial de Resistencia compitan contra sus nuevos modelos LMDh en Norteamérica.
Tal acuerdo, ratificado el jueves en París durante el Consejo Mundial de Automovilismo de la FIA, formaliza el trabajo entre bastidores realizado por ambos entes fiscalizadores y la ACO (Automobile Club de L’Ouest, organizador de las 24 Horas de Le Mans) en los últimos meses para crear un equilibrio de prestaciones capaz de integrar a los coches LMH (híbridos) de alta tecnología que debutaron en el WEC en mayo pasado.
Antes de esta noticia, no había mayores expectativas de que los costosos prototipos fabricados por Toyota, Peugeot, Ferrari y Glickenhaus pudieran ingresar a su categoría equivalente en continente americano, el tradicional IMSA, sino recién en 2024 o 2025.
IMSA se mantuvo firme en los planes de desarrollar sus propios vehículos de tracción trasera con unidades KERS de 40 HP como paso previo a permitir que los LMH con tracción en las cuatro ruedas y RWD se mezclaran en sus circuitos.
Los híbridos de la serie mundial gozan de una libertad excepcional para usar potentes sistemas KERS, así como neumáticos delanteros más anchos; en IMSA, sus LMDh deben canalizar el modesto impulso del KERS a través de las ruedas traseras y utilizar trompas más estrechas.
De los cuatro modelos LMH previstos para la actualidad o a futuro, tres (excluyendo el SCG 007) están concebidos con motricidad integral y potencia híbrida. Acura, Audi, BMW, Cadillac y Porsche son los cinco fabricantes conocidos de LMDh que preparan modelos con este reglamento con miras a 2023.
Según este nuevo pacto, los LMH podrán medirse contra sus pares estadounidenses desde la primera fecha de calendario 2023, o sea las 24 Horas de Daytona, donde se aplicará un balance de prestaciones personalizado para que todos pugnen por la victoria general dentro de una misma clase y no complicar ese escenario.