La Federación Internacional de Automovilismo dio a conocer la creación de un reglamento técnico totalmente nuevo para autos de GT propulsados eléctricamente que incluye innovaciones como la carga rápida.
El concepto encarna una combinación de novedades técnicas sin precedentes hasta la fecha en el deporte motor, destinada a servir a los fabricantes como una plataforma para desarrollar tecnología relevante para sus modelos de serie de alto rendimiento.
Estos vehículos funcionarán con un rendimiento similar al de la actual generación de GT3, pero superará a sus homólogos con motores a combustión en aceleración y en el ritmo de clasificación.
La categoría contará con la participación directa de cualquier tipo de constructor mediante reglas elaboradas para lograr el equilibrio entre ellos, permitiendo a la vez que se expresen en cuando a creatividad en la ingeniería aplicada.
Para aquellos que ya dispongan de ejemplares parecidos, se habilitarán modificaciones en su arquitectura y ciertos elementos de diseño en común, adaptados a la energía eléctrica. El peso mínimo irá de 1.490 a 1.530 kilogramos y la potencia rondará los 430 kW. No se dependerá de baterías estandarizadas.
Una asociación con la firma Saft hará posible que las marcas diseñen sus baterías de ion-litio con celdas a medida a través de este proveedor con 100 años de experiencia en aeronáutica, programas espaciales, defensa y automovilismo. Las mismas podrán beneficiarse con una regeneración rápida al 60% de su capacidad en pocos minutos mediante una parada en boxes a mitad de carrera. La red de carga se dispondrá según las características de la pista.
Habrá libertad para elegir configuraciones de tren motriz, compuestas por dos o cuatro impulsores eléctricos, con tracción en dos o cuatro ruedas. Un control dinámico en cada máquina ajustará automáticamente y de manera independiente el par de cada rueda en función de la velocidad desplegada, la aceleración, la tracción y el ángulo de dirección.