Al final, Sébastien Loeb parece no desprenderse del todo de sus intenciones de competir en el Campeonato del Mundo de Rally; por lo menos a tiempo parcial. La semana se cargó de rumores que vinculan al nueve veces campeón de la especialidad con el equipo M-Sport para el año próximo.
En el pasado, puntualmente en 2005, Malcolm Wilson ya había invitado a Loeb a probar un Ford Focus en sus instalaciones en Cumbria (Gran Bretaña) antes de que el piloto alsaciano siguiera su rumbo con un Citroën Xsara WRC de Kronos Racing.
Aunque de forma escueta, ha sido el propio Wilson quien admitió incipientes conversaciones entre las partes, ratificando lo dicho hace algunos meses por el máximo monarca en la historia de la categoría, que expresó estaría atento a una propuesta de la formación inglesa si les interesara su colaboración en fechas selectas.
La historia se teje, además, en función del patrocinio de Red Bull y de la posibilidad de que Adrien Fourmaux se siente en un Puma Rally1 híbrido de la escuadra, que de ese modo conseguiría que Sébastien Loeb aportaría su talento en varios frentes: el deportivo, el técnico para la puesta a punto del auto y el asesoramiento en la campaña de su compatriota.
Algunos impedimentos al mediano plazo serían el programa de ensayos del BRX Hunter T1+ de Prodrive con el cual está comprometido para correr el Rally Dakar 2022 en enero, que coinciden con los del Puma, sin olvidar algunas competencias de Extreme E con su calendario por completar en la misma época.