La primera etapa del Rally de Monza solo supo quién era su líder varias horas después de haber terminado. Una jornada de tiempo inclemente concentrada en el autódromo lombardo y sus alrededores, con mucha lluvia, barro y frío dejó a varios protagonistas principales en malas condiciones.
En los tiempos, Daniel Sordo llevó a su Hyundai i20 WRC a la punta, incluso cuando él y su escolta, Esapekka Lappi (Ford Fiesta) fueron penalizados, con lo cual los tres primeros generales están separados por tan solo dos segundos.
Los comisarios recargaron al español y al finlandés con diez segundos por cortar camino en la misma chicana durante la última especial del día, que recorría parte del circuito. El obstáculo era diferente al del tramo anterior y varios pilotos admitieron confundirse un poco, sobre todo considerando la escasa visibilidad.
La resolución explica que “los participantes no siguieron las instrucciones del libro de ruta” en el sector ubicado a 2,05 kilómetros después de la largada, algo que constituye una violación a las normas”.
Para ello, se examinaron videos y se escucharon los alegatos de Alain Penasse, en representación de Hyundai Motorsport, y de Richard Millener, por M-Sport Ford.
Sordo, que pasó a comandar las acciones a último momento, quedó un segundo adelante de Lappi y dos por encima de Sébastien Ogier, quien ayer se impuso en el único parcial del jueves con su Toyota Yaris, superando por medio segundo a un Thierry Neuville que hoy atravesó por una situación desastrosa al dañar la rueda delantera derecha del coche cuando golpeó una valla y retirarse cuando el motor se detuvo en una parte con agua estancada.
Por la mañana, viendo la falta total de adherencia, Esapekka Lappi tuvo la astucia de calzar neumáticos para nieve, táctica que luego imitaron los demás. El Ford saltó a la cima momentáneamente, antes de ser superado por el ganador de Cerdeña cuando éste mejoró la puesta a punto de su auto.
Ogier ganó un especial, pero en otros penó golpeando un fardo de contención y con su parabrisas empañado. Su compañero Elfyn Evans quedó cuarto a 5.1s del francés. El galés pasó un instante de susto cuando se paró el motor del Yaris.
Ott Tänak (Hyundai) se ubicó quinto, precediendo a Kalle Rovanperä (Toyota) y a un Andreas Mikkelsen tan contundente que por un instante fue tercero absoluto con un Škoda Fabia Evo de la clase WRC 3. Completaron los diez primeros el i20 World Rally Car de Ole Christian Veiby y los Škoda de Emil Lindholm y Oliver Solberg.
Teemu Suninen abandonó por problemas en el impulsor de su Fiesta, mientras que el tercero de la escuadra, Gus Greensmith, rompió la suspensión delantera en otro de los tantos deslices que se observaron. Ayer, Takamoto Katsuta se estrelló contra un muro y torció la dirección de su Toyota, sin poder continuar.
Pontus Tidemand es líder en WRC 2, pasando al frente cuando el Ford de Adrien Fourmaux sufrió un pinchazo, mientras que Mads Østberg se encuentra tercero, no muy lejos de ellos.
En WRC 3, el sorprendente Mikkelsen terminó con una cómoda ventaja de más de 52s por encima de Emil Lindholm. Con Solberg tercero, Jari Huttunen aparece cuarto con su Hyundai i20 R5, a la vez que su rival y líder del torneo. Marco Bulacia, resultó sexto en el Citroën C3.
Umberto Scandola tuvo un día para olvidar cuando un problema mecánico le obligó a retirarse antes del comienzo de la primera especial, mientras que Yohan Rossel cedió más de nueve minutos con una rueda trasera dañada en el TC2.
Tom Kristensson fue ampliando ventajas en la clase Junior, superando por 2m20.2 a su oponente en el campeonato, Mārtiņš Sesks. Sami Pajari arrancó siendo el más efectivo de los tres candidatos, pero en el segundo tramo del día salió del caminó y se retiró.
La etapa de mañana, la más larga, sale de la pista de Monza para ascender a la región alpina cercana al Lago de Como, donde la abundante nieve que está cayendo jugará un papel de suma relevancia.