Roger Penske tiene una excelente reputación como dueño de equipos y fabricante de elementos de competición que, desde Estados Unidos, abundan por el mundo.
Sin embargo, pocos recuerdan que sus inicios en el automoviismo fueron como pilotos. Ahora, a la edad de 84 años, el también propietario de la categoría IndyCar y del circuito Indianapolis Motor Speedway, se permitió el placer de conducir uno de los prototipos Porsche RS Spyder de IMSA con los cuales su escuadra dominara la clase LMP2 en 2008.
Esto pasó en ocasión de un evento especial efectuado en la pista privada M1 Concourse en las afueras de Detroit (Michigan), donde se anunció que Penske volverá a unirse a la marca alemana con la gestación de una máquina para el Campeonato del Mundo de Resistencia y el IMSA a partir de la próxima temporada.
“El RS Spyder es un auto especial porque ganó las 12 horas de Sebring y muchas otras carreras importantes. Obviamente, yo no lo había manejado. La primera parte del trabajo fue practicar cómo subir y bajar de su habitáculo. Esta pista está a tres minutos de mi oficina, así que pudimos dar unas vueltas sin tener que viajar mucho. En los viejos tiempos en que yo empecé, los modelos deportivos con cabina abierta más famosos eran la Maserati Birdcage, los Porsche RS y RSK o las Ferrari de Le Mans, ninguno con mucha carga aerodinámica. En éste, la cabina era bastante más estrecha. Habrán sido unos 25 giros solo para entender todos los botones y sentirme cómodo con el asiento adecuado. A veces me olvidaba que no hay que apretar el embrague para hacer los cambios en lugar de solo hacerlo para arrancar. Fue un rato increíble al volante de un auto 3.8 litros V8 potente que me divirtió mucho”, expresó Roger Penske.
La última vez que el estadounidense largó una carrera fue en 1964 en las Bahamas. Tenía 27 años cuando participó de la Semana de la Velocidad en Nassau con un Chaparral 2A.